El aterrizaje estelar de un héroe de Núñez…
Con la sutileza de un 10 tocando la gloria, Juanfer Quintero aterrizó en Ezeiza como si estuviera cateando un gol directo al ángulo. A las 2 de la mañana, horario reservado para extraterrestres y futbolistas de talla mundial, el colombiano tocó suelo argentino desde un vuelo emparentado con Miami Vice. Fans y periodistas se apresuraron cual Coyote persiguiendo al Correcaminos, y allí estaban, listos para recibirlo con mate y facturas.
La jornada de este hombre es una maratón digna de película de superhéroes, pues al amanecer ya tenía cita para su revisión médica. Uno se pregunta si le van a chequear los músculos o la superpotencia del pie izquierdo. Por la tarde, la batalla continúa con la firma del contrato, donde JFQ sellará su destino con el Millonario hasta que tenga más años que un dulce de membrillo olvidado en la despensa.
Como el Búfalo Funes en velocidad warp, Quintero vuelve con el mismo misticismo del Monzón en la esquina del ring. En River, están esperando a que destape su magia consumada que, como el big bang, explote en el Monumental y en las cuentas de redes sociales: todo con el aplauso ensordecedor de una hinchada que espera que el mundo, al menos por un momento, gire al ritmo del balón al pie de Juanfer.