¡Vuelve el mago zurdo con la camiseta 8-10!…

Imaginate a Juanfer Quintero haciendo su entrada triunfal al Monumental montado a lomos de una gallina gigante, con la camiseta número 8-10 –sí, porque una sola no le alcanza– deslumbrando al público con destellos que harían que hasta los rivales manquen de envidia. El rumor comenzó a rodar cuesta abajo como una pelota saltarina en escaleras, provocando temblor en Núñez y un sinfín de interrogantes. ¿Será que este es su tercer acto en River y, de ser así, tendremos que ir preparando los pañales para emoción de campeonato?

Desde el otro lado de los Andes, en tierras colombianas –donde las telenovelas se quedan cortas frente al melodrama del fútbol– sostienen que sus ganas de volver a la Argentina son tan grandes que estaría dispuesto a dejar plantado al mismísimo Inter Miami… ¡y a Messi! Eso sí, primero deberá salirse del lío contractual con América de Cali, que lo convierte en una especie de jugador hipotecado. ¡Que salga de esa burbuja con la misma habilidad con que gambetea arqueros, y todo estará bien!

Mientras tanto, el señor de los zurdazos sigue entrenando en Medellín, deshojando margaritas del tipo “River me ama, River no me ama” con cada llamado. Las negociaciones son de lo más rimbombante, casi tan complejas como armar un cubo Rubik mientras hacemos jueguito con los pies. Entre tanto, si llega a un acuerdo con su club, Quintero aterrizaría en Buenos Aires como una especie de superhéroe de cómic que salva a River en el minuto 90 de la historieta. ¿Se cumplirá el anhelo de los hinchas de volver a ver al super 8-10 en acción?