El reencuentro del número mágico con River…

Él llegó a Ezeiza como quién viene de ganar el loto, repartiendo sonrisas a lo famoso, mientras los empleados del aeropuerto lo miraban como si fuera un extraterrestre cósmico. Juanfer trae bajo el brazo no solo los hoteles 5 estrellas donde entrenó sino al mismísimo Pogba diciendo: “¡Este es mi compa de gimnasio!”. A los 32 años, lo de Juanfer es como un vino de 1.0 mega galáctico: está en su mejor momento, tanto que la FIFA ya está considerando cambiarle el nombre al día jueves por Juev-Quintero.

El América de Cali le quedó chico como una camiseta después del lavado: jugaba ahí por amor al arte y algún que otro ticket de almuerzo. Fue el Houdini del América, haciendo magia sin recibir un centavo. Ahora vuelve a River y claramente lo hace con luces de neón y banda sonora de fondo. Aún se escuchan los ecos de su última temporada de telenovela futbolera en Racing.

River necesitaba un #10 porque los partidos ya parecían una novela turca, cerrados a cal y canto. Ahí está Quintero, listo para desenredar defensas como Houdini escapando de una caja fuerte bajo el agua. Así que atentos: cada pase es poesía, cada taco un género literario y cada gol una obra de arte contemporáneo. ¡Juanfer, el Picasso del césped, está de vuelta!