El colombiano regresa al ruedo con su selección…
¡Atenti, hinchas del fútbol maravilloso! Kevin Castaño, ese muchacho colombiano que llegó a River con la ilusión de un niño en una tienda de caramelos, ha vuelto a vestir los colores de su selección como quien se pone la camiseta de su equipo barrial, pero con glamur y toda la pompa de una estrella. Llegó diciendo: “Soy hincha de River desde que el Sapa tamboreaba en la alborada” y las puertas del Monumental lo recibieron como a un prócer. ¡Qué fenómeno!
La magia millonaria no tardó ni dos minutes en surtir efecto. En cuanto pisó Argentina, algo le hizo ¡pum! Castaño bajó del avión disfrazado de crack mundial, al punto de que Marcelo Gallardo, ¡sí, el mismísimo Muñeco!, vio en él un comodín perfecto para las estrategias de fútbol galáctico y lo lanzó al ruedo con la confianza de quien lanza un satélite al espacio. Y así, jugó 14 partidos, pero corrió como si fueran 28, peinando canas en el medio campo y recuperando pelotas como quien caza mariposas.
Mientras tanto, en la galaxia seleccionada, Néstor Lorenzo lo observó con el telescopio desde Colombia y dijo: “¡Este mete presión hasta en los sueños!”. No contento con revolucionar el mediocampo de River, el as cafetero se calzó nuevamente los botines patrios para el empate ante Perú, donde disputó ¡los 90 minutos completasos! Ni cansado, ni emocionado, solo puro Kevin Castaño en estado puro. Ahora, el mundo, que no gira sino que rueda al compás del balón, se pregunta: ¿será el colosal Kevin la clave contra Argentina en el Monumental? Solo el tiempo (y unos buenos mates) lo dirán…