El DT del Bayern defiende a los colosos argentinos…

¿Alguna vez viste a un ratón enfrentándose a King Kong y saliendo con el bigote ileso? Bueno, eso es más o menos lo que pasaba en el Mundial de Clubes, según Kompany, nuestra tortuga ninja belga de confianza. Después de que su Bayern Munich bailó un samba con el Flamengo y salió ganando 4 a 2, al pobre Vincent le preguntaron si esta fiesta de goles marcaba la verdadera brecha entre Europa y Sudamérica. La cara del tipo fue como cuando estás seguro de que no cerraste la heladera y ya vas a mitad de camino al trabajo. Decidió tomar el micrófono con una convicción digna de un locutor de radio AM a las 3 de la mañana y defendió la pasión sudamericana como Messi defendiendo un asado: “¡Llevan el fútbol en la sangre!”.

Claro, no terminó ahí. Mientras la prensa afinaba sus dardos llenos de preguntas incómodas, Kompany les tiró una pared digna de Riquelme: “¡No subestimen a estos equipos!”. Aseguró que plumas y xeneizes dieron pelea mejor que Rocky en todas sus secuelas juntas. Porque cuando salís a la cancha, no importa si llevás un mate o una taza de té, en el fondo somos todos gladiadores en calzoncillos tres talles más grandes.

Kompany también dejó en claro que los europeos pueden tener todas las ideas tácticas del mundo, como un niño que arma un castillo con todas las piezas de Lego, pero el sudamericano tiene algo que no se enseña ni en Hogwarts: pura pasión. Mientras se preparan para enfrentar al PSG, el DT sueña con derrotar al campeón, tal como un perro salchicha sueña con alcanzar ese ansiado hueso en la cima de la mesa.