Marcelo Gallardo entre risas y radiografías…
Alerta de spoiler: la alegría de River se desinfló como un globo pinzado en una fiesta. Después de un glorioso 6-2, Gallardo amaneció con la noticia más amarga que una yerba recalentada. Resulta que Maxi Meza, el artista del taco, se fracturó una costilla y ahora tendrá que admirar el césped desde el sillón durante una ristra de 10 días. Así es, el mismísimo Meza, quien se lanzó como un canguro en una luna llena en la jugada del quinto gol, se fue al piso por obra y gracia de Santamaría, el Houdini del área chica.
Con todo el Monumental clamando por un penal como si estuvieran invocando al dios del VAR, Meza se reincorporó, sacudió el pasto de su camiseta y se mandó un jugadón que, lastimosamente, fue anulado por mano. El hombre estaba más caliente que la parrilla del asado dominical cuando terminó el partido, pero fue en los vestuarios donde su pancita gritó ‘¡Ay, papito!’ dejándolo desinflado como un balón pinchado. Diagnóstico: fractura de costilla. Sin cirugía, por suerte, porque ya nos imaginábamos al DT dirigiendo desde la sala de operaciones.
Mientras Gallardo vive entre festejos de goles y partes médicos que parecen un parte de guerra, el Pity Martínez y Matías Rojas también hacen fila en la lista de lesionados, armando un dream team de hospital. Con una seguidilla de jugadores ausentes que harían sonrojar al mismísimo Dr. House, Gallardo lanza una campaña: ¡Alerta Amarilla en el plantel! Así que, muchachos, apresurémonos a forrar a los jugadores en papel burbuja, no vaya a ser que la próxima fractura sea la única esperanza que tenemos para ganar la Copa del Humor Sudamericano.