El último Tango en el Monumental…
Cuando el martes el joven prodigio Franco Mastantuono salga a la cancha del Monumental, su corazón latirá más rápido que un mosquito en una fábrica de ventiladores. ¿Jugará? ¿Se quedará en el banco? Ni su perro lo sabe. Lo seguro es que será la última vez que este pibe toque el verde de Núñez como jugador de River. Todo por una decisión tan abrupta como dejar de comer asado en pleno invierno.
El Real Madrid viene a llevárselo con 45 millones de euros en el bolsillo, como un turista con ganas de comprar alfajores, pero con clase. Franco todavía no sabe muy bien si llorar o reír, quizá haga las dos cosas mientras firma su contrato con los merengues. Aunque esta transferencia es más rápida que correr a un colectivo, él ya sueña con brindar con champán en el Bernabéu después del Mundial de Clubes.
Sus nuevos jefes en Madrid, Florentino Pérez y José Ángel Sánchez, son como los directores de una película de ciencia ficción: nunca sabes lo que van a inventar, pero Franco no estará en los primeros partidos del Clausura. Así que en el Monumental, este martes, el chico se acerca a su final de fiesta y, como un mago que prepara su última gran ilusión, espera conquistar España como lo hizo en Argentina, con magia y esos goles de colección.