El amor de Vanesa como escudo ante el gol 1%…
¡Qué noche la de San Sebastián! Mientras Driussi daba una magistral cátedra de fútbol frustrado digna de un gourmet del césped, su esposa Vanesa Monteverde sacó pecho y teclado por su crack en las redes. Imaginate a Vanesa como una gladiadora con armadura de emojis, arremetiendo contra todos los críticos que aún tenían las uñas clavadas en el césped por aquel penal volador ante el Barcelona ecuatoriano. “Claaaaro mi amor” fue su grito de guerra, como si estuviera en la cima de una montaña de likes.
Y cuando Driussi por fin emboca un gol contra Gimnasia, Vanesa se convierte en una verdadera directora de cine. Publica todos los ángulos posibles del gol con más “te amos” que un bolero de la década del cuarenta. Parecía que su celular había pasado a modo parade: cámara lenta, música romántica y fuegos artificiales digitales al final. Allí, entre videos y capturas, le dedica múltiples “Te amo” en un despliegue mágico de amor eterno futbolero.
Esos 10 millones de dólares que pagó Jorge Brito por Driussi fueron una ganga, pues lo de Vanesa salió gratis y vale oro. ¡Cuidado Nike! Porque en cualquier momento Vanesa diseña una camiseta con la inscripción “Sólo falta convertir el 1%”. No es tan solo amor, señores, es estrategia de marketing conyugal. ¡Mirá si te podemos comprar el gol, te ganamos el Mundial!