Silbidos, Indiferencia y Aplausos para el Mellizo…
Amigos del fútbol, prepárense para una saga digna de una telenovela. Disney se quedó corto con sus finales felices: ¡Guillermo Barros Schelotto vuelve al Monumental! Pero cuidado, porque no regresará en una carroza de cristal ni con el Xeneize bajo el brazo. Esta vez, tiene el escudo de Vélez tatuado en el saco de DT. Y las tribunas de River ya están con el mate listo y el silbato afilado para darle una bienvenida ruidosa y bien a tono con los clásicos del Millo.
Los resultados de la encuesta de Olé pintan una escena digna de los Tiempos Modernos de Chaplin: un 54% de los votantes le van a regalar una serenata de silbidos a Guillermo. Ojo, que no se librará de la indiferencia: un 31% está en modo zen. Pero, ¡oh sorpresa!, un 15% lanza un aplauso para el Mellizo, probablemente en paralelo con un 2×1 de pochoclos en la tribuna. Se rumorea que hasta que le pueden cantar “el que no salta, murió en Madrid” como si fuese la última canción del karaoke.
El Melli, experto en evadir presiones como si fueran conos de entrenamiento, sabe bien que no es la primera vez que pisa el pasto de Núñez para desafiar al Muñeco Gallardo. Su currículo incluye dos victorias y unos empates que él atesora como si fueran los trofeos de “Jenga Gigante”. En el 2016, salió ileso con un 0-0 tan aburrido que más de uno terminó decorando la heladera con imanes. Pero eso no es todo; se le oyó quejarse cuando quedó atrapado en una manga desinflada, como si fuera parte de un sketch de Mr. Bean. Ante estas anécdotas surrealistas, Guille solo responde con una sonrisa: “Mi pasado está escrito, ahora soy team Vélez.” ¡Qué grande, Mellizo!