El despegue más largo del siglo…
La mañana arrancó como cualquier otra en Buenos Aires: con una tormenta digna de una película de catástrofes, ¡tipo “Las Aventuras del Titanic 2”! Los muchachos de River tenían todo listo para partir directo a Santiago del Estero, pero parece que las nubes decidieron hacer una competencia de baile sobre Ezeiza. Con la gracia de una babosa de carreras, el vuelo se quedó en tierra y el equipo sigue arrugando la camiseta hasta nuevo aviso. ¡Alguien invoque a Thor para que pare el show de rayos, por favor!
Mientras tanto, el cuerpo técnico de River anda más desorientado que búho con anteojos en pleno día. “Para esto no practicamos”, exclamó uno. Y es que la hora prevista para el despegue se convirtió en leyenda. Más tiempo esperando que un lineman para el asado. Ahora, con la logística hecha añicos, el equipo tendrá una noche más larga que una charla de López en el entretiempo del último partido. ¡Las almohadas del hotel se van a sentir como piedras!
Y si los lesionados fueran mosquitos, necesitarían un flit extra grande. ¡River parece un hospital en gira! Con Salas y Martínez Quarta fuera del ring y Driussi en modo “espera interminable”, Gallardo decidió convocar a promesas jóvenes que ya casi son socios vitalicios. Especial mención para Costantini, el brasileño con más vueltas que un trompo, y Bautista Dadín, cuya última excursión por Reserva le sirvió para unificar su récord de goles. ¡La Copa Argentina espera, si la lluvia lo permite!