De Quarta y Mastantuono: aventuras monumentales…

¡Prepárense para el circo del fútbol del siglo, queridos terráqueos! Lucas Martínez Quarta reaparece como un mago intergaláctico, sacando el polvo de sus botines tras mil y una lunas alejadas de su reino llamado River. Ahora su misión es plantarle cara al coloso xeneize con la valentía de un caballero que enfrentó dragones en el Bernabéu, sin un pelo de miedo y con más confianza que Diego comiéndose tres bombones en el Mundial del 86. “¡Miedo a Boca!”, se ríe Lucas, como quien ríe ante un caracol alado montado por un duende. “Somos River, el equipo más grande del mundo… más grande que los castillos europeos y más polarizado que un mate el domingo”.

Pero no todo es cuento de hadas en Núñez; al campo saldrá también Franco Mastantuono, el Benjamin Button del fútbol, un crack con apenas 17 años pero que juega como si hubiera pasado cinco vidas entre líneas de cal y estadios rugiendo. “La juventud viene con rebeldía, y qué mejor que un chico que es mitad Messi mitad Hércules sin los músculos”, comenta Quarta mientras sacude los astros con un guiño cósmico. Pero ojo, que aunque el pibe tenga más promesas que un político en campaña, la responsabilidad cae sobre los 11 musculosos toreros de River.

Y así, entre bromas y confeti, Martínez Quarta se prepara para el desafío del superclásico, donde cada patada se siente como un sismo en la Antártida y cada gol puede mover más masas que la última operación de Buenos Aires. Con el Monumental latiendo al ritmo de una canción de cumbia y el cielo surcado por banderas y sueños, la saga del fútbol diametralmente exagerado promete un espectáculo digno de los dioses del Olimpo. ¿Podrá River salir de esta epopeya como un titán invicto? ¡Solo los astros tienen la respuesta!