¡Cuando el pasado y el futuro juegan juntos!…
¡Atención, damas y caballeros del balón redondo! Tenemos en escena un folletín futbolero que ni la mejor telenovela argentina podría inventar. Maximiliano Salas, futbolista de la talla de un superhéroe novato, parece hacer conexiones intergalácticas con el mismísimo Marcelo Gallardo… ¡pero cuando era un juvenil en Argentinos Juniors! Así es, como si el destino hubiera estado tomando mate mientras tejía esta historia con una aguja mágica, Maxi tiene una foto borrosísima en Facebook con su nuevo director técnico. Y créanme, este no es solo un polaroid borroso, ¡es más mítico que ver a Maradona en el potrero!
Pero, vamos con un poco de cronología loca: en su etapa de cría de futbolista, Maxi correteaba por Boca, listo para deslumbrar a todos en la prueba del Victoria de Curuzú Cuatiá, donde un reclutador miró 500 pibes y pensó: “¡Este zurdo es como una empanada de dulce de leche!”, y así fue como su camino deportivo empezó. Pasó por Argentinos, All Boys, y finalmente llegó al semillero de Núñez. ¡Una odisea digna de Homero, pero mucho más futbolera!
Y ahora que el hijo pródigo ha vuelto al calor Gallardista de River, el entrenador no podría estar más contento. “Es como tener yerba mate de la buena en medio de una siesta!”, diría Gallardo, feliz de contar con Maxi, quien ha llegado para romper las redes o por lo menos las camisas ajustadas de algunos hinchas. La foto con Gallardo es la cereza de esta torta futbolera deliciosa: una manga pastelera rebosante de energía y entrega. Maxi por ahora sonríe, corre y juega como si estuviera escribiendo cada minuto de juego en el mejor guion cinematográfico del deporte rey.