Gallardo busca su oso particular en Maxi Salas…

Cuentan que una noche de tormenta, cuando el cielo crujía como una bolsa de papitas, el Muñeco Gallardo invocó a las estrellas del fútbol para que le enviaran ¡un nuevo Oso! Pero no cualquier oso, sino uno que rugiera con intensidad en el césped del Monumental. Así apareció Maxi Salas, listo para ser el próximo rey del bosque riverplatense, dispuesto a cumplir los caprichos del entrenador como si fuera el genio de la lámpara, pero con botines en vez de lámpara.

Por supuesto, la llegada de Salas desató una avalancha de opiniones tan variadas como una ensalada rusa en noche de gala. En el territorio riverplatense, hasta los choripanes debatían si el crack nacido en Curuzú Cuatiá tiene la misma melena feroz que Pratto. Gallardo, ese director técnico que puede convertir a una piedra en un diamante, anda con su lupa buscando características que van más allá del control de la pelota: ¡potencia, intensidad y sacrificio! Quiere un delantero que muerda tan fuerte como un piraña.

Con 3.5 millones de dólares sobre la mesa y un pingüino danzante de helicóptero asegurando que las negociaciones continúan, River espera convencer a Racing para que Salas se convierta en el nuevo oso bailarín del Monumental. Si logran o no bajar el precio entre tanto tira y afloje con Racing, eso lo veremos, pero lo que sí es seguro es que el Muñeco está empeñado en crear una saga más épica que la mismísima Guerra de las Galaxias… solo que con Oso incluido.