Traspasos, regresos y despedidas futboleras…
El mercado de pases en el fútbol argentino es como una feria de trueque descontrolada, donde hasta el loro de la abuela es transferido si consigue un buen contrato en Europa. ¡Bocha de jugadores van y vienen como si el verde césped fuera una pista de baile! Y claro, las estrellas están brillando como lucecitas de Navidad en pleno julio: el gran Angelito Di María juega de vuelta en Rosario Central, ¡qué nostalgia canalla! Por otro lado, Paredes se calzó la azul y oro de Boca como si fuera el pijama más cómodo del universo, mientras que Juanfer Quintero retornó a River cargando magia pura en los botines.
Franco Mastantuono dejó a todo el mundo boquiabierto y agarrándose de las sillas al irse pa’l glamoroso Real Madrid. Se fue tan veloz como el viento pampeano. Pero ojo, que acá no paró la cosa, eh; los dirigentes de los clubes tienen hasta el 24 de julio para terminar de armar esta versión del Tetris llamada ‘mis futuros cracks’. Y como bonus track, aquellos que vendan jugadores podrán acoplar nuevos hasta el 31 de agosto, justo a tiempo para el inevitable vértigo europeo.
Mientras tanto, cada plantel está como el menudo argentino: con altos y bajos por todos lados, y algunas caras nuevas que caen del cielo con tantas nacionalidades que el Papa Francisco se queda corto. Esperamos que cada refuerzo se lleve bien con sus nuevos compañeros, sin peleas de vestuario por quién pone la música o si el mate va caliente o tibiecito. ¡Qué va a ser de nosotros, los hinchas, con tantas idas y venidas! Pero no es más que otra gran temporada en esta hilarante y única comedia del fútbol en nuestra tierra.