De Júpiter a Núñez en un grito…

El Monumental está tan imponente que ni la NASA tiene semejante estructura. Claudio Morresi, una estrella del River del 86, comparó al remodelado estadio con una nave espacial capaz de catapultar a los millonarios a ser campeones intergalácticos. Sí, leíste bien, campeones de todo el universo, desde Plutón hasta el Bar de Moe en otro sistema solar. Con 85.018 terrícolas llenando las gradas, uno ya comienza ganando 1-0, y si te descuidás, hasta en modo turbo-charged.

Morresi, que asistió más goles que un GPS desorientado, recordó con melancolía cómo alguna vez pelearon la Libertadores con fierros y coraje, pero ahora, ¡mirá lo que es esto! ¡Son unos Avatares del fútbol! Por si fuera poco, las hinchadas ahora parecen estar a un mate de distancia, pelando sus gargantas como si fueran los Pavarotti del tablón.

Y aunque el 29 de octubre del 86 los llevó al éxtasis monumental con un aforo de 86.000 almas, Morresi asegura que aquel River tendría más orejonas que orejas si jugaban en este estadio reencauchado. Así, entre mates y memes de la época dorada, los hinchas rodean a Morresi en la calle como si de un Beatle se tratara: “¡Uh, cómo jugabas, Claudio!” —se escucha en todos los rincones del cosmos millonario.