El defensor de River y su rodilla caprichosa…
River está a días de debutar en el Mundial de Clubes y Gallardo necesita un té de tilo urgente, porque Paulo Díaz le está saliendo con un numerito que ni Maradona en el ’86. La rodilla izquierda del defensor parece tener vida propia y se declaró en huelga con una sinovitis que, así como suena, parece el nombre de un exótico coctel carísimo que pedirías en un bar de moda, y no un fallo médico.
Mientras Paulo descansa más que un koala un domingo, el cuerpo técnico sueña con que su regreso sea un cuento de hadas. Los médicos están en un tira y afloja con la rodilla caprichosa, intentando domarla con infiltraciones y reposo, como si la pata de apoyo del chileno fuera un niño berrinchudo al que quieren poner en penitencia. Pero ojo, porque andá a saber si la rodilla tiene sus propios planes para protagonista de telenovela dramática.
Por ahora, el plantel se va a relajar un poco después de la Copa Libertadores, dejando a Paulo durmiendo la siesta como un campeón. Si todo va bien y la rodilla decide ser buenita y cooperativa, podría estar trotando en el campo antes de enfrentarse a los Urawa Red Diamonds. Ah, y ojalá no le salte la térmica a último momento y vuelva a las andadas, porque Gallardo ya bordeó su límite de paciencia galáctica.