Superclásico: el after con trofeo y leyendas…
¡Agárrense los sombreros, que esto es más gracioso que una pelota cuadrada! Después del superclásico, que dejó a los hinchas de River flotando como globos de helio y a los de Boca masticando bronca como si fuera chicle revuelto, dos leyendas, Ariel Ortega de River y Sebastián Battaglia de Boca, se encontraron en un evento muy especial. Imagínense la escena: Ortega y Battaglia, como Batman y Joker compartiendo un café, admiraron el trofeo del Mundial de Clubes como si fueran dos niños frente a un juguete que nadie quiere compartir.
¡Y vaya trofeo! Tan impresionante que pareciera que, si un equipo ganara, tendría que llevárselo en una carretilla para no herniarse. Eso sí, la única pelea de ese día fue la de las selfies: ver a Ortega y Battaglia posando juntos fue más sorprendente que ver al árbitro sacando una carta de amor en vez de la amarilla. Junto a ellos, el genial Sergio Goycochea, que seguramente también estaba pensando en esa cita mundialista que se viene más rápido que un jugador hambriento al entretiempo.
Mientras tanto, el artefacto dorado hizo una gira de tal magnitud que ni una estrella de rock pudo igualarlo. Se decía que la copa brilló tanto en el Museo River que los fanáticos casi necesitaron lentes de sol para admirarla. Y ahora, en un pase magistral, ¡se espera que revolee su magia en el Museo Boca! Ortega y Battaglia ya hicieron las paces y están listos para el show. Como quien dice, nada mejor que un trofeo chusco para unir a viejos rivales. ¡Que empiece la fiesta mundialista!