El elogio galáctico que dejó a Mastantuono en órbita…
Paredes, el poeta del césped, encontró nueva musa: un Mastantuono reluciente que en su debut con la celeste y blanca fue más deslumbrante que una milanesa recién frita. Con apenas un abrazo virtual y un par de mateadas en el campito de Lionel Messi, Leandro se dio cuenta de que Franco no era un holograma de los videojuegos, sino una joya auténtica tan brillante que podía compararse con el sol del mediodía en Villa Fiorito.
Mientras tanto, el pobre Paredes está en una encrucijada existencial tan complicada como decidir entre asado y pizza: seguir con Roma, en donde hasta las pizzas tienen nombre de gladiadores, o volver a Boca, donde el presidente Riquelme ya tiene su estatua y le promete truco gratuito de por vida. En medio de tanto apuro, Paredes hizo un huequito para chusmear una charla con el Kun Agüero en su streaming, sentados como en un patio de colegio entre risas y anécdotas locas.
Por otro lado, Mastantuono ya está ensayando su acento gallego mientras aprende a tocar la guitarra para enamorar a las hinchadas madrileñas. ¡Ojo! Tampoco está de más recordar que River embolsa 45 millones de euros por este chico. Esos euros tan ansiados podrían comprar toneladas de dulce de leche para llenar unas cien piletas olímpicas.