El chileno que hizo llover despejes en Lima…

¡Ay, Lima hermosa, qué susto te dio ese chileno loco llamado Paulo Díaz! En una noche que ni Macondo en su realismo mágico pudo imaginar, Díaz se vistió de goleador más eficiente que un pibe atrás de la última empanada en una fiesta. Con su tanto, no solo igualó a Marcelo Salas como el máximo artillero chileno de River en Libertadores, sino que también demostró ser el muro que River necesitaba para dejar a Universitario con menos goles que una heladera de dietética.

¡Pero sus pases, papá! Paulo no solo se dedicó a despejar pelotazos como quien ahuyenta mosquitos en una reserva natural, sino que además completó un 87% de sus pases, algo así como si cada pase hubiera llevado un GPS incorporado. ¡No hace falta ser un Premio Nobel para darse cuenta de que Paulo tiene los pies más redondos que el planeta Tierra! Ni las cabinas del VAR podían creer lo claro de sus números, nueve despejes, cinco duelos aéreos ganados y un total de seis batallas cuerpo a cuerpo que Rambo a su lado era Winnie the Pooh.

Y así concluyó esta epopeya moderna, con Paulo coronado como el gladiador del Monumental de Lima. En la encuesta del CARP, lo eligieron el héroe de la jornada, ese zaguero que hizo que los jugadores de Universitario lo vieran tan alto, que en vez de un metro ochenta parecía un obelisco en miniatura. ¡Quién lo hubiera dicho! Un defensor que convierte goles como delantero, despeja como un arquero y sale tan airoso de sus duelos aéreos que al final del partido, hasta las propias nubes, en homenaje, llovieron para él.