A las Eliminatorias chilenas les falta prisa…

Señoras y señores, el zaguero Paulo Díaz está más solicitado que un parrillero en la final del asado del mundo. ¡El Capitán América de River tiene un nuevo capítulo en su aventura marveliana! Gareca ha lanzado un grito de batalla como si fuera el general de un ejército medieval y quiere en su escuadrón a nuestro penquista preferido. Recordemos que el calendario de Chile parece un sudoku resuelto por un hurón y no da tregua, justo antes de que comience el Mundial de Clubes. ¡Ay, Gareca, mejor que hayas entrenado con Rocky Balboa!

El objetivo es claro: Chile se enfrenta a Messi y compañía el 5 de junio y luego tomará un avión de juguete para encontrarse con Bolivia. ¡Es más o menos como luchar contra un tigre y luego jugar al tenis con un cóndor! Con cuatro fechas para el final y la Roja al fondo de la tabla, necesitan sumar puntos como si fueran monedas en el Mario Bros. ¡La matemática del fútbol nunca fue tan exigente, mi gente!

Y ahí va Paulo, el hombre de River, el caballero templario de la defensa, dispuesto a jugar en el ‘Día D’ de Chile. ¿El problema? Solo termina cuatro días antes del Mundial de Clubes, pero él corre como si tuviera cohetes en los pies. ¡Vamos, Paulo! ¡Que no te alcanza ni la agenda de un político en campaña! A lo mejor, Gareca tiene que llevar una calculadora, porque con estos números el pobre Díaz se ganó un masaje de 36 horas en el spa del paraíso. ¡Que el fútbol sea la gran fiesta que esperamos!