El disparo que fascinó al maestro Piscu…

Imaginate un tiro libre que desafiara las leyes de la física como si Einstein tuviera algo que aprender. Franco Mastantuono, la joven promesa de River, le pegó al balón como si estuviera lanzando magia a la órbita de Marte. ¡Y vaya si lo logró! Un zurdazo que hizo bailar la pelota con tanta rosca que, seguramente, la NASA querría estudiar el fenómeno. Pisculichi, el mismísimo mago del balón, no escatimó elogios: “¿Le dio con rosca? ¡Con eso podía destrabar la puerta de un búnker nuclear!”, exclamó con asombro lleno de orgullo riverplatense.

Pisculichi, desde su trinchera en Mallorca, reflexionaba como un científico loco sobre los secretos del disparo de Mastantuono. “El pie de apoyo, el balance perfecto… como si estuviera ahora entrenando para un circo de malabaristas”, decía. Con un ojo en los videos más virales de las redes y el otro en la mítica pizarra de Gallardo, Piscu parece más ocupado que un pulpo aprendiendo a bailar el tango. Mientras tanto, el arquero de Boca, según Piscu, quedó más incrédulo que una vaca viendo pasar el tren del gol a toda velocidad.

Al final del día, Mastantuono se convirtió en héroe en el lumbrante River, como un joven caballero que conquista dragones a fuerza de zurdazos y destellos. Este chico de 17 años toma decisiones como un filósofo del fútbol en pantalones cortos, y Piscu, expectante desde su retiro dorado, le lanzó su bendición: “Espero que siga así, con la sabiduría de Gallardo, que tiene más trucos que un mago en Disneylandia”. Y todos los hinchas aplaudieron, esperanzados en que la historia continúe, mientras Mastantuono camina hacia el superclásico con más confianza que un perro salchicha en una tienda de embutidos.