Los pibes de la Reserva vivieron una película de terror…
En un partido digno de una tragicomedia extranjera, los chicos de la Reserva de River no solo se quedaron sin la punta, sino que además perdieron por goleada y enloquecieron más que un hincha buscando el control remoto. Fue un descalabro en el Camp de Ezeiza, donde Central se convirtió en el cartero que trajo malas noticias. La noche se oscureció aún más cuando Agustín De la Cuesta y Joaquín Flores vieron la roja más rápido que un semáforo en Palermo.
¡River comenzó como si estuviera en el mismísimo auge del rock and roll! Anotaron un golazo a los 23 minutos gracias a Bautista Dadín, cual rockstar, dando un recital. Jonás Luna fue el DJ detrás de esa banda perfecta. Pero, como si los planetas se alinearan en contra, Central empató al minuto siguiente con Serra, y luego Enzo Rubio fue el hombre del destino al realizar un gol en contra digno de un script de película de truhanes.
En el segundo episodio de esta novela futbolera, el ambiente se puso todavía más tétrico. La doble amarilla de De la Cuesta encendió la mecha que encendió ninguna bengala de festejo. Santiago Segovia, a lo Rambo, y Elías Ocampo, cual Clint Eastwood de Central, sellaron la suerte de River desde el punto de penal. Al menos, Dadín demostró que es el cazagoles del barrio con su sexto grito en este campeonato de emociones fuertes.