El culebrón de Portillo: River lo enamoró…

Resulta que el querido Juan Carlos Portillo, un tipo que ha pasado más frío que pingüino en heladera y más hambre que lombriz anoréxica, tomó una decisión ¡que dejó a todos boquiabiertos! Si hubiera aceptado una de esas ofertas brasileñas, seguro ya estaría con su postal cara de duda en Río de Janeiro, pero no, mi amigo. Prefirió sumarse al Titanic de Gallardo. Tal vez vio el autobús de River y pensó: “¡Esto es un desfile de Champions League!”

Su representante, Juan Pablo Rezzónico, hablaba con tanta emoción que parecía estar en un desfile de carnaval en Córdoba. Contaba que otras ofertas pasaron como un chisme de vecindario después de enterarse de que la oferta de River estaba en el aire. “Es difícil frenar este tren de oportunidades”, decía, mientras los hinchas de River ya afilaban chamarras para darle la bienvenida al polifuncional Portillo. ¡Polifuncional! ¡Portillo ladra y hasta muerde! ¡Juega de mediocampista, defensor, forward y lo que se necesite!

Gallardo ya frotaba las manos diciendo: “Camarero, una de Portillo” mientras sonaba la música de fondo de Rocky. La llegada del misionero fue tan bien coreografiada que ni en Hollywood se ven traspasos tan triunfales. En fin, si bien aún queda la revisión médica, calculamos que todo el Monumental ya huele a una combinación de asado y nuevas esperanzas.