River llega al mítico estadio yankee con toda la suerte de Gallardo….

¡Ah, el Rose Bowl! Ese lugar donde los americanos descubrieron que el fútbol se juega sin cascos ni pelotas de maní. Entre wires y tacos, este campo es la meca californiana que guarda más historias que un abuelo con 15 nietos. Dicen que acá hasta las palmeras tienen hinchas y aplauden los goles. Y mirá vos, River, el CARP, viene a escribir otra página de su cuento ¿Será como ese tío que por fin consigue estacionar el auto en un espacio apretado luego de 27 intentos? ¡El estadio ya se prepara para impactar con tanta pasión argentina!

El estadio Rose Bowl fue testigo de más levantadas de copas que una fábrica de cristales fina. De finales mundiales a jugadas que ni Pelé en Playstation. Desde que Japón lanzó su primer Doraemon, ya este coloso bañaba en jugo de balompié. Con 89 mil almas capaces de armar una ola humana más grande que la de Tsunami, hasta el fútbol americano se pregunta si compró el ticket correcto. Este sábado, espera que River también deje su ovación tatuada en la historia…

Chisme va, rumor viene: ¿será verdad que hacen empanadas en la puerta del Rose? Marcelo mueve fichas y en el aire se siente la nostalgia de ediciones pasadas. En Pasadena, una ciudad donde el tiempo se toma un mate para pensar, el ruido de las almas millonarias resonará más fuerte que cien bandas de mariachis. River llega con ganas de escribir su nombre junto a las leyendas. ¡Y quién dice, capaz que el césped termina pidiendo una camiseta de River firmada por Gallardo para ponerla en su museo verde!