Un debut de película en el césped de Gallardo…

El equipo de River Plate se mandó un bailecito en su debut en la Copa Libertadores, dejando a la hinchada más feliz que perro con dos colas. Kevin Castaño fue el Messi del instante, haciendo magia con la pelota y dejando a los rivales mirando estrellas como si estuvieran en un planetario. Con movimientos más ágiles que un ninja con café, Castaño se convirtió en el amigo del balón y la pesadilla de los contrarios.

Castaño, en una sociedad perfecta con Mastantuono, se paseó por la cancha como si fuera su propia pasarela. Con una conexión tan precisa que ni el WiFi de la casa logra tener una señal así, ambos jugadores fueron dinamita pura. El pase de Kevin llegó directo a las manos de Britos, como si estuviera entregando un paquete con garantía de devolución.

Gallardo puede dormir tranquilo después de este partido, porque su equipo ha demostrado que tienen la misma precisión que un reloj suizo y más energía que una camioneta todoterreno. Los de River están listos para seguir bailando en la Copa, y quién sabe, quizás incluso den clases de samba en Brasil, ante tantos rivales que solo les queda aplaudir.