La invasión roja y blanca llega al Madre de Ciudades…
¡Santiago, prepárate! Se rumorea que, si tiran un alfiler en Santiago del Estero el sábado, va a extrañar por qué no hay un hincha de River queriendo comprarlo también. Los fanáticos millonarios dejaron la billetera más liviana que una pluma y agotaron todas las entradas en un pestañeo. Con pasaporte en mano y en modo “turista modo turbo”, más de 20.000 gallinas planean ocupar las tribunas como hormigas en picnic de verano.
Había más hinchas queriendo una entrada que cuñados pidiendo descuento en el almacén de la esquina. Las populares volaron a 30.000 y las plateas a 60.000 pesitos, pero ellos están felices como chicos en una fábrica de chocolates sabiendo que van a ver a River jugar hasta en la luna.
Pero el Muñeco Gallardo está buscando delanteros con más apuro que un remisero en vísperas de Navidad. Sin Maxi Salas y con Driussi aún tomando mates en la enfermería, está viendo si contrata a un goleador de la selección de la playa de Mar del Plata. Mientras tanto, Borja está más perdido que pingüino en el Sahara, sin justificar ni un café en la barrera del área. ¡River, siempre un espectáculo en las cuatro esquinas de la galaxia futbolera!