Un recuerdo que brilla más que el sol de Núñez…
En el lejano cosmos de Núñez, hace 11 años, un astro llamado Marcelo Gallardo aterrizó en el Monumental con un buzo de DT más pesado que una camiseta de plomo. Y ahí, sin saberlo, comenzó a escribir una epopeya que haría temblar hasta a las vacas que rumian en el pasto del Monumental. Este posteo de River es como un emoji gigante de amor a MG, el director técnico más ganador, que va por más títulos que Ricota con queso.
Mientras esta nostalgia futbolera nos salpica de lágrimas cual aspersor sprinkler mal calibrado, Gallardo, el hechicero del césped, anda entrenando como un general romano a su tripulación para el Mundial de Clubes. Los tres mosqueteros -Maxi Meza, Gonzalo Montiel y Matías Rojas- están saliendo de la enfermería cual guerreros renacidos de una serie épica, listos para devolver balonazo tras balonazo.
Como si fuera un episodio de una telenovela, también está la saga de Gonzalo Montiel y la mágica recuperación de Paulo Díaz, quienes vuelan a los Estados Unidos para enfrentarse a los samuráis del Urawa. Desde Núñez ya pueden escuchar al horizonte gritar “¡A por más, Muñeco!”, incluso Leandro González Pirez, que cabalga en su bicicleta celestial, llegará a tiempo para enfrentarse a Rayados y al Inter de Milán. ¡Pamplinas! ¡Este River te llena de emociones más que un partido a estadio lleno!