El trueque futbolero que ni Fassi imaginó…
Dicen que las negociaciones largas son como los asados: llevan tiempo, pero el bife se disfruta más. Y River, que armó una operación financiera digna de Wall Street, logró cerrar con moño de regalo la llegada de Juan Portillo y Matías Galarza Fonda. Entre transferencias de pases que ni el Tano Pasman terminaría de entender sin un GPS y un Excel, el Millo se llevó un 90% de Portillo y un 70% de Galarza, más el codo de Girotti, todo por la módica suma de 9 millones de esos verdes que compran hasta el cariño del VAR.
Andrés Fassi, presidente de Talleres y aparentemente experto en Ciencias Ocultas, se había plantado más firme que un poste de alta tensión. “Pongan peso o no hay queso”, decía. Al final, los jugadores cansados de hacer la vertical como entrenamiento alternativo, levantaron el teléfono y dijeron: “Viejo, soltá la cuerda”, y así se iban resolviendo las chucherías impositivas y pagos como quien adelanta los temas en la lista de un casamiento.
Así es como el agudo Gallardo, ahora con cinco nuevos muñecos, piensa en el futuro. Portillo y Galarza Fonda, que dan el perfil Iniesta-Xavi del subdesarrollo, se entrenarán y buscarán ganarse su lugarcito en el corazón millonario. ¿Logrará el Muñeco convertir esta transacción en el próximo capítulo de éxito made in River? Se verá en las gradas del Monumental, donde se juzga peor que la madre de un árbitro un domingo. ¡Que el fútbol los acompañe!