Gallardo, Cepeda y la cláusula que baila cumbia…

Amigas y amigos del impensado mundo del fútbol, River Plate tiene un lío de mercado de pases que haría que incluso a Houdini se le enreden las cadenas. Marcelo Gallardo, con su libretita en mano y lentes de técnico despierto, sigue armando y desarmando el equipo como si fuera un match de Tetris en modo difícil. ¡Ya se habla hasta de que planea hacer repescar un Boselli! ¿Es un defensor o el próximo delantero estrella que hará olas en el cafetín? La duda nos azota.

Pero esperen un momentito, ¡que hay más chismecito para las ardidas pastillas de la verdad! Los Estudiantes de La Plata, esos chicos simpáticos que intentan retener a Boselli hasta el miércoles —que alguien les explique que el martes hay fútbol— están rogando a los dioses del balón para que el defensor uruguayo de 21 añitos se las ingenie con la magia del tiki-taka en la Supercopa Internacional. Como si eso fuera poco, también querrían que lo dejen hasta después del asado, ¡porque se juega contra Vélez, papá!

El manager de Estudiantes parece un mago amateur que pide favores a River como si fueran caramelos. “Dependemos de la buena voluntad de River”, dicen. Y uno se pregunta: ¿Se trata de Bob Esponja paseando por el fondo del mar o simplemente, de una estrategia futbolera más en la dimensión desconocida del fútbol argentino? Boselli, Portillo, y Juanfer despiertan la curiosidad de más de uno, pero aquí estamos, en el picado sin fin llamado fútbol.