¡Enzo Pérez y el Concilio de los Abuelos del Fútbol!…
¿Qué pasa cuando mezclamos a Enzo Pérez, de 39 años, con un Mundial de Clubes? Bueno, obtenemos una receta digna de la más alocada telenovela: el “Mundial de los Tatarabuelos”, donde los experimentados atletas nos demuestran que la vejez es solo un estado mental mientras se calzan las medias. Enzo, el guerrero eterno de River, tiene más agallas que un león en una tienda de trajes a rayas, y se prepara para desafiar a los supuestos ‘juveniles’ del Urawa Red Diamonds, un equipo que suena a villanos de caricaturas japonesas.
Pero Enzo no está solo en esta misión de la tercera edad: tiene a sus compadres en otros rincones del planeta futbolero, como el majestuoso Luka Modric despidiéndose del Real Madrid más veces que una estrella de rock en su gira final, y Sergio Ramos, quien viajó a Monterrey en busca de tacos picantes y defensas descuidadas. Y no olvidemos a Thiago Silva, más eterno que un anillo de película de fantasía, y Fabio, un hombre que a los 44 años ya podría ser abuelo de un portero juvenil.
Con el capitán sin cinta del River Plate Union Seniors, Enzo Pérez, entrenando como un monje guerrero en su recta final, el universo del fútbol debería estar listo para presenciar explosiones de talento intergeneracional. Quién diría que, con solo un poco de cinta adhesiva y voluntad, los viejos sabios del balón seguirían dejando boquiabierto a Gallardo y al mundo entero. Porque, queridos lectores, en el fútbol como en la vida, nunca es tarde para dar un Meisterstück mágico con los pies, o incluso con la dentadura postiza si hace falta.