El equipo de Gallardo a pasitos de octavos…

¡Paren las rotativas, que la Pantera Rosa se quedó corta! River Plate se fue hasta Guayaquil, montado en un barco de papel, sólo para jugar un partido de Copa Libertadores contra el Barcelona… ¡pero tranquilos! no el de Messi, sino el que no tiene ni una Rambla cerca. Después de un primer tiempo con más drama que una telenovela de las buenas, los muchachos de Gallardo remontaron para llevarse una victoria de 3 a 2, dejando a todo Ecuador con la boca abierta como si hubieran visto un jugo de naranja sin pulpa.

Con esta hazaña, River no solo se llevó los puntos, sino que también uno de los sombreros de paja que venden en la playa decorado con una vincha aniversario del Barcelona ecuatoriano. ¡Cuánta alegría en Núñez! Dirigidos por Gallardo -quien parece tener más vidas que un gato en una película de aventuras-, solo necesitan un triunfo más para caer entre los 16 mejores, así nomás, como quien va a comprar facturas un domingo por la tarde.

Ahora, el camino a los octavos es simple: ganarle a Independiente del Valle la próxima semana en el Monumental. No hay otra, o de lo contrario habrá más vueltas que un trompo o una danza del caño en una fiesta de cumpleaños. Alzando la bandera de la locura, River confía en sellar su clasificación con ritmo de cumbia, goles y, por supuesto, una gran sonrisa de Gallardo que podría iluminar las graderías de cualquier estadio de barrio. ¡Que siga el festival del Millonario!