Gallardo, un director técnico con GPS integrado…

Marcelo Gallardo sabe que dirigir River es como jugar al SimCity en modo experto, ¡pero en la vida real y con pelotas de fútbol! No es arquitecto, ni ingeniero ni siquiera relojero suizo, ¡aunque bien podría serlo! Porque en este momento cada segundo cuenta, cada paso es milimétrico y, por supuesto, ¡ni hablar de las patadas! River debe dividirse entre Guayaquil y el Monumental, todo con la precisión de un cirujano, o mejor dicho, de un gallardo encomendero del fútbol.

Pensá en una montaña rusa futbolística: ida a Guayaquil para enfrentarse al monstruo del Barcelona y, antes de que te hayas dado cuenta de que no estás en Quito sino en el llano, directo al Monumental para disputarse los octavos del Apertura 2025. Gallardo y los muchachos llegarán a Ezeiza después de un extenso viaje, como los astronautas volviendo de la Luna, justo a tiempo para un entrenamiento express antes del gran enfrentamiento. La palabra “descanso” ni siquiera está en su diccionario.

Por si fuera poco, el destino futbolero les depara un posible encuentro con un rival que podría trastocar aún más el calendario loco de River. Si los azares de la Liga Profesional se alinean y el cruce se organiza para el lunes, los muchachos ganarán unas horitas más para afilar sus botines. ¿Y después? A pensar en Independiente del Valle y en más fechas apretujadas que el asiento del bondi en hora pico. Todo sea por mantenerse a flote en este mar de partidos que parecen desafiar las leyes de la física futbolera.