Los hinchas se convierten en estrellas de cine…

El River Camp fue testigo de una escena propia de una película de Hollywood, con más acción que cualquier cinta de superhéroes. El miércoles por la noche, una marea roja y blanca se volcó al predio como si se tratara de una plaga de langostas con ganas de alentar. Los hinchas del Millonario llegaron con todo tipo de artefactos sonoros, banderas que podrían envolver el Obelisco y un aliento tan potente que, se dice, llegó hasta las puertas del Lumen Field en Seattle antes que el equipo. ¡Y eso que aún no se habían subido al avión!

La troupe de Marcelo Gallardo partió con destino a Estados Unidos dentro de una aeronave que, por el ruido de los bombos, parecía que tenía una turbina rota. Rumbo a Seattle, donde van a utilizar las instalaciones del Providence Swedish Performance Center, entrenamiento que más bien suena a nombre de spa de famosos. Allí, de seguro, se preparan para el Mundial de Clubes con tanto detalle, que hasta el agua del vestuario estará filtrada por el ritual de Tiki-Taka.

En su debut, nada menos que frente a los Samurai del Urawa Red Diamonds, la hinchada millonaria seguramente dará cátedra de aliento. Y si la pelota no entra, qué más da, al menos el equipo ya es el campeón intercontinental del soporte auditivo. Nos queda esperar si el sueño de octavos de final se convierte en una película de aventuras o en uno de esos dramas épicos donde los héroes salen airosos al final. Lo único seguro es que River se va para el norte con más hinchada que una venta de choripán un domingo de clásico. ¡A quebrar gradas en Seattle, señores!