El desastroso baile del penal fallido…
River Plate salió al campo con el entusiasmo de un cachorro saltarín, pero al llegar el momento de definir, las piernas se les transformaron en fideos flojos con una precisión similar a la de mi abuela tirando al arco con los ojos vendados. Gallardo, con cara de quien perdió la llave de la heladera, vio cómo su equipo bailaba con el mismísimo Barcelona sin poder encontrar el compás goleador.
¡Contreras se transformó en un pulpo con guantes al detener el penal de Driussi! Hubiera sido más fácil que la abuela de Driussi caminara por un campo minado sin perder los zapatos. Pero ahí está, nuestro heroico arquero contrario, que debe haber colgado sus guantes en un marco como el cuadro de la Mona Lisa. ¿Y las definiciones de gol de River? Bueno, esas se nos escaparon como las papas fritas debajo del asiento del auto.
Los hinchas de River terminaron mascando el aire en el estadio, mientras los de Barcelona saltaban como si hubieran encontrado oro bajo el césped. En definitiva, el equipo de Gallardo dejó el sueño de la victoria guardado en el sombrero del mago, y el pobre penal erróneo de Driussi pasará a la historia como el conejo que nunca salió del sombrero.