La gran viñeta del Mundial de Clubes Riverplatense…

Ah, Franco Armani, el Pulpo con guantes! ¡Siempre a la altura, como escalera de pintor en murales del Cid Campeador de Caballito! Su achique de Mjitaryán fue tan preciso como un tetris bien hecho, y su atajada a Lautaro fue la coreografía que dejó a todos bailando cumbia en el alma. ¡Ni Canales ni un ninja japonés pudieron con su gracia!

Gonzalo Montiel, un poco como cactus en el Polo Norte: desubicado. Armó un festival de expulsiones como si fueran tapas de Cóndorito, y hasta peleó por un lugar en el álbum de fotos familiares de Matsuo. Y qué decir del Chino Martínez Quarta, que alternaba entre Mozart y cangrejo distraído en la arena. Perdió la brújula y el GPS en una selfie naval contra los mexicanos, regalando goles como si estuviera en un cumpleaños de 15.

Para completar el elenco, Marcelo Gallardo, ese director de orquesta que armó su sinfonía con guitarras sin cuerdas: intentó componer una obra maestra pero su banda cambió el compás por samba descoordinada. El espectáculo dejó a River tan agotado como corredor de ultra maratón sin desayuno. ¡A seguir planchando camisetas, millos, el mundo está esperando su próximo show cómico de club!