Los héroes insólitos del superclásico…

¡Amarren a ese muchacho antes de que vuele al espacio sideral! Franco Mastantuono, apodado “El Cohete de 17 Años”, iluminó el césped con un gol de tiro libre que fue tan inesperado como un truco de magia en medio de un picado. Dicen que el balón aún orbita alrededor del estadio, cual satélite perdido. Aunque casi se lleva el premio a “Varita de Sáucexida” al fallar un mano a mano que hasta mi abuela hubiese metido con las rodillas.

Mientras tanto, Colidio miraba esa jugada desde el área tan solitario como Pinocho en una tienda IKEA. Mastantuono, producto de un laboratorio secreto de gambeteadores locos, casi le convierte el gol a Marchesín de un cabezazo millimétrico – bueno, ¡un poco menos de precisión y habría resultado en un ‘peine’ fallido! Pero seamos claros, ¡la agenda de este chico está más llena que la de un mago en Navidad! Gambeta por aquí, pase por allá, fue la arma secreta de River.

Y en otros barrios de la cancha, Enzo Pérez demostraba el oficio de un arquitecto de legos, construyendo jugadas con paciencia. Armani, por su parte, hacía malabares con las manos para salvar lo insalvable, ¡hasta el Cirque du Soleil está considerando ficharlo para su próxima gira planetaria! En resumen, un partido tan descomunal que hasta las nutria del Río de la Plata detuvieron su chapoteo habitual para disfrutar del espectáculo.