Gallardo suelta al defensor como papá a pájaro emplumado…
En un acto comparable a cuando tu tía te pide que traigas el postre y llevás ensalada de frutas sin crema en Navidad, Marcelo Gallardo llamó a su oficina a Leandro González Pirez para un café. Pero no era para charlar sobre lo último de MasterChef, ¡sino para decirle que correría de atrás como tortuga en pista de caracoles! En ese momento, el defensor decidió pegar un portazo tan grande que resonó hasta en el Monumental.
El hombre pudo haberse quedado en River dándose la gran vida, bronceándose bajo esas luces de estadio cada domingo, pero eligió un giro inesperado. Se puso el traje de corredor de aventuras y salió a buscar nuevas oportunidades como un Indiana Jones del fútbol, no en sus clásicas tierras sagradas, sino al corazón de Estudiantes de La Plata. El viaje del héroe-pibe en busca de la diversión y minutos comienza, mientras que las tribunas de River lloran a moco tendido.
Fue así que, cual pájaro escapando del nido, González Pirez canturreó un “adiós muchachos” entre lágrima y lágrima, dejando troteando al plantel y al cuerpo técnico. En las próximas horas, estará desafiando sus habilidades bajo el timón de Eduardo Domínguez, como un piloto de carreras sobre un triciclo, listo para la acción y el drama en el césped platense. ¡Preparen los pochoclos que esto recién empieza!