El Gordo Salas: del asado al Monumental…

¡Ay Marcelo Gallardo! Si fuera político, ya tendría su propia turbina de magia para traer jugadores. River, cual león hambriento de goles, tiene al pobre Maxi Salas en su mira. ¡Dicen que han desempolvado la chequera y evalúan hacer sonar la tarjeta en la cláusula! El pobre Salas firmó de boquita una extensión hasta 2028 con Racing, pero el contrato sigue siendo una leyenda urbana. Y ojo, que en Avellaneda los corazones están más acelerados que un Ferrari, porque el muchacho ya dejó caer que lo tienta la idea de vestir la banda del Muñeco.

En Núñez se tiene la calculadora en mano, y están listos para Ejecutar la Cláusula -¡Bum! ¡Pam! ¡Pow! – por 8 milloncitos de euros, aunque con impuestos y todo, la cifra escala hasta 10. Tal como aquel locoso terreno, River podría estrenarse en el mundo de las rescisiones, algo que hasta ahora evitaban como el offside.

Mientras tanto, el gran complot continúa en el césped. Dice Gallardo que si Milito está enojado, él armó torneos de pádel suficientes para calmar las aguas. Pero, ¡cuidado! La carrera por Salas es más intensa que una pista de Scalextric, con Driussi fuera de juego y Borja casi con la valija hecha para el aeropuerto. ¿Será Maxi el nuevo fuera de serie? Si El Gordo juega como en 2018, en una de esas, hace tanto ruido en la Cancha que se olvida hasta de firmar esos papelitos de Racing.