Boletas más escasas que goles de arquero…
¡Señoras y señores, agárrense los sombreros! Porque en River están más nerviosos que hincha en tanda de penales. Con el Superclásico a la vuelta del almanaque, los fanáticos están listos para agarrarse a las entradas como si fueran la última media luna en el desayuno dominical. ¡Ay, mi vieja, qué nervios! Desde el cuartel general, dicen que el miércoles 23 es el día D, la hora H y el segundo Z para acaparar entradas como coleccionista de figuritas difíciles.
Pero no crean que es sencillo como despejar de cabeza. ¡Nada de eso! Este es un operativo más complejo que el motor de un DeLorean. Los socios sin Tu Lugar en el Monumental tienen que apretar el botón del pánico a las 10 en punto, antes de que el sistema colapse como defensa sin laterales. Para los plateístas de corazón y los Somos River, la batalla continúa a las 3 de la tarde. ¡Esto es una locura digna del mundo bicolor!
Y mientras tanto, el equipo de Gallardo quiere recuperar la magia perdida. Como un brujo en apuros, tiene que hallar la pócima secreta contra Gimnasia. Si gana, se mete a la fiesta de los playoffs; si no, el destino dependerá de otras pócimas ajenas. El River de Gallardo es una máquina de hacer goles que a veces parece necesitar cambio de aceite. ¡A por todas, Millo!