Las locas aventuras de River en la Libertadores 2015…

¡Ay, agosto de 2015, qué locura astral te trajiste! River Plate celebraba una década de su mística Copa Libertadores. Marcelo Gallardo, más conocido como el ilusionista del Monumental, condujo a sus gladiadores por tierras imposibles, donde las pelotas rebotaban como si fuesen hechas de goma mágica. Un trofeo que parecía más esquivo que una gallina cruzando la autopista se hizo carne, o mejor dicho, taza de té, bajo la lluvia torrencial y las lágrimas saladas de felicidad que caían del cielo de Núñez.

La historia comenzó con River chapoteando en una laguna boliviana de altura cuando San José de Oruro les dio una cachetada que ni el mejor peluquero lograba calmar. Entre empates astrológicos, Pumas mexicanos bañados en tequila y la improbable mano de un Tigre que parecía salido de un cuento de fábula, el equipo del Muñeco zarpó directo a los octavos, donde los esperaba Boca con una sopa de gas pimienta. ¡Cuántas sorpresas en un partido de fútbol!

El climax llegó con Teo haciendo piruetas dignas de ballet en Brasil, y Lucas Alario irrumpiendo como héroe inesperado, más rápido que una liebre con triple espresso. Y al son del 3-0 final en el Monumental, Cavenaghi levantó la Copa mientras los astros del cosmos se alineaban y Marcelo Barovero guardaba la cinta de capitán en un bolsillo lleno de estrellas. Ahí River se coronaba, pero en un universo paralelo ya estaba buscando al próximo rival para otra historia delirante.