Penales: el enemigo invisible de River…

¡Oh, el karma de los penales! River Plate, que parecía más aficionado a los penales que un arquero a hacerse el héroe, volvió a protagonizar el drama de los 12 pasos. Como si sus jugadores fueran secretamente fans de convertir los estadios en sesiones de yoga, ni Gallardo ni su escuadrón lograron domar esa esfera que parece tener vida propia y risueña malicia.

Volvamos en el tiempo, como Marty McFly con su máquina, al año 2004. Ahí estaba Marcelo, el muñe Gallardo, diciendo adiós desde el banco mientras sus compinches bailaban sobre el césped. Pasaron técnicos, presidentes y hasta camarógrafos, pero los penales se quedaron, como un meme que nunca pasará de moda. Platense, azote de este cuento, volvió a ser el cantante de los goles desafinados de River, como si hubiera encontrado su playlist perfecta traída del más allá.

Desde que los fantasmas penaleros se entrometieron, cada vez que un pobre jugador del CARP se dispone a patear, el balón pareciera pegarse un mini Disney World y divertirse como en una montaña rusa, hasta terminar en cualquier lado menos en el arco. ¡Ah, si tan sólo las leyes del fútbol fueran un poco más comprensivas con los millonarios de Núñez! Pero no, el 48% de sus disparos parecen inspirados en obras de arte abstracto: con dirección incierta y final inesperado.