Gallardo abre la caja de Pandora Monumental…

En la esquina mágica de Núñez, donde los hinchas arman más ruido que un rebaño de llamas en celo, Marcelo Gallardo ha conseguido algo que ni el hechicero más experto podría imitar: crear un escudo invisible que hace al Monumental más inexpugnable que un castillo medieval. Con la energía de las tribunas y el conjuro saleroso de sus jugadores, River transforma cada partido en una comedia épica, al punto que el eco de sus victorias ya tiene sabor a leyenda. Hasta los duendes platenses lo saben, y vienen con más nervios que un perro en una tienda de gatos.

Dice ‘El Muñeco’ que la relación entre hinchas y jugadores es como si Cupido los hubiera flechado. Y sin dudarlo, Gallardo aprovecha este vórtice amoroso para mantener a River en la cima, como un avestruz en monopatín, conduciendo hacia la victoria. Rivales por doquier caen bajo el ardor de las nuevas butacas y el embrujo del césped híbrido, incapaces de resistir la mística del Liberti, donde sólo tres osados saqueadores han escapado con algún botín en los últimos 60 duelos.

Pero cuidado, porque Platense llega con aspiraciones de protagonizar una hazaña al mejor estilo David contra Goliat. La última vez que eso ocurrió, Platense rompió corazones en Avellaneda, y ahora planean repetirlo con un ataque que podría desarmar hasta a una cabina telefónica repleta de superhéroes. Sin embargo, el Monumental no es Avellaneda, y el campo verdejante está listo para defender la fortaleza con disimulo y picardía. ¡Que comiencen los chistes y la magia en Núñez!