El Muñeco, los fantasmas y las chances perdidas…

Gallardo está más confundido que un canguro en una fábrica de trampolines. Este semestre fue como un partido de solteros contra casados, y el Muñeco bancó los trapos con discursos más épicos que los de una telenovela mexicana. ¡Spoiler alert! River tuvo la ventana abierta para colarse en los octavos, pero la cortina se cerró con una bofetada ante Monterrey, como si un ninja invisible les hubiera jugado una mala pasada.

¿Qué pasa con este River que en las definiciones anda más perdido que turista en Retiro? Gallardo debe estar haciendo equilibrio en la cuerda floja, buscando fórmulas mágicas para que el equipo se ponga el traje de superhéroe. Porque, vamos… ¡Tiene campeones mundiales e incluso héroes de Madrid! Pero al momento de la verdad, el traje es más grande que un poncho para bebé. El DT dice que tienen que marcar presencia, pero parece que a River le anda fallando el GPS de las oportunidades.

Mientras Gallardo practica frente al espejo su mejor gesto de disculpas, la maquinaria millonaria se prepara para lo que viene. El Muñeco espía por detrás de la cortina, probando sus tácticas ninja para que en el próximo torneo de Libertadores no se le escapen las chances como jabón en la ducha. La tarea pendiente es mayúscula, como ponerle rueditas a un barco, pero si alguien puede sorprender, ese es Gallardo.