River vs Barcelona: El césped traicionero…

¡Agosto de 1990! ¡Imaginate! Las hombreras estaban de moda, Diego Maradona seguía siendo el rey del mundo y River Plate llegaba con la ilusión de conquistar Guayaquil, armados como si se enfrentaran a un ejército de extraterrestres en camiseta amarilla. Daniel Passarella y su ejército de súper propagandistas futbolísticos trataron de conquistar el verde césped enemigo como exploradores en busca del Dorado futbolístico.

Allí estaba, el césped del Monumental de Guayaquil, recibiendo a River con la misma hospitalidad que un gato recibiendo a un perro. Fue una batalla cercenada por penales desafinados que hicieron recordar a Serrizuela y Berti como si fueran trapecistas sin red y el espectáculo fue robado por el equipo de Brindisi que los mandó de vuelta a casa con un tajante boleto de “gracias por participar”.

Treinta y cinco años después, Gallardo y sus muchachos vuelven al lugar del crimen para hacer historia y no ser el punchline de un chiste ancestral de Guayaquil. Con su pasado convertido en un meme de Facebook, River espera que esta no sea otra presentación del “Excel con Botines” allá en Ecuador, donde las empanadas de viento le dieron “Rivensancio”: a escribir una nueva epopeya aunque las estadísticas estén listas para arruinar el párrafo perfecto.