El chileno ya bromea con jugar el clásico…
Gonzalo Tapia, el delantero que pasó por River con la misma contundencia con la que un caracol corre una maratón, fue anunciado con bombos y platillos por el San Pablo, un club que buscaba a alguien que encajase como si fuera el engranaje de un reloj suizo, pero sin precisión alguna. Dicen que su presentación fue menos espectacular que el debut de una tortuga en una carrera. Aún así, su juego será puesta a prueba en el clásico contra Corinthians, donde sus habilidades serán tan necesarias como una sombrilla en el Sahara.
El mercado de fichajes de River parece una historia de telenovela: primero, este muchacho chileno nacido para brillar en la Universidad Católica, fue empaquetado y enviado a Brasil con la rapidez de una pizza tardía. Todo esto mientras River desmantelaba su equipo como un niño desarmando un Lego. Leandro González Pirez se fue y ya está tocando la puerta de Estudiantes, esperando que lo dejen entrar hasta 2027.
Tapia, que era considerado una de las grandes promesas del fútbol, encontró en su paso por River más bancas que goles. Los Cuervos del San Pablo lo ven como el mesías del ataque, pero el chico estará buscando meter tantos goles como los misioneros buscan convertir almas en el Amazonas: con mucho ánimo pero pocas garantías.