Una joyita con tinta y sueños de Copa…

¡Bienvenidos al maravilloso mundo de Franco Mastantuono! La nueva estrella de River Plate, un pibe que lleva en su brazo más tinta que un manual de geografía y sueños más grandes que un superclásico. En el barrio de Núñez, cuando se menciona la Copa Libertadores, la gente se persigna como si viera al Diego en el ’86. Y ahí entra nuestro héroe, con sus 17 añitos de pura ilusión y abrigos de tatuajes tan coloridos como la bandera de Brasil en el Carnaval de Río.

En una divertida charla con Conmebol, el joven Mastantuono nos revela su preciado brazo izquierdo, que es como una novela gráfica viviente. Ahí, entre líneas, flores, y quizá un mapa del tesoro, están su fecha de debut, su primer gol y el número 30. Parece que cada quien tiene su manera de recordar momentos, pero Franco lo marca a fuego (literalmente). Cuando le preguntaron si una Libertadores se merece un tatuaje, respondió con la pasión de un niño en una tienda de caramelos: “Sí, dos, tres, diez, tatualo todo”, dijo, mientras casi se tatuaba el micrófono en la frente.

Lo cierto es que Mastantuono no solo es una joya por sus goles y asistencia, sino porque su valía está al nivel de las estrellas de la Copa. Con un mercado tan inflado, uno esperaría que llegara con carteles luminosos, pero no, él llega con sus 48 partidos, 5 goles y un sueño tan grande como el Monumental de Núñez. La joven promesa de River ya hizo historia y quién sabe, tal vez sus tatuajes sean lo más cerca que estemos de leer su autobiografía. Incrementémosle esos euros y que el show continúe, porque este pibe da letra para rato… o tatuajes, lo que venga primero.