El Messi de los entrenadores futboleros…
Después del último partido, parece que Gallardo salió con capa y antifaz porque dejó a todos hipnotizados. ¡Ni el hipnotizador más famoso de Mar del Plata logra tanto! Jesús Soraire cruzó la cancha como un fan en un concierto de rock, solo para estrecharle la mano como si fuera el Papa del fútbol.
“Nos inculca eso de jugar con grandeza”, dijo Soraire, como si en vez de gallina hubiera tenido una epifanía con el gurú del juego bonito. Te juro que esperaba que después Gallardo le diera la receta secreta del gol de chilena perfecto, pero no pudo ser. Hasta la Selección pareciera haber recibido el toque mágico de este Harry Potter de los entrenadores.
Por más que Soraire le pida autógrafos y consejos, Gallardo le aseguró que era como querer entrar a jugar al Liverpool con pantuflas, ¡la edad no perdona! Pero el tucumano no se amilana: con esas palabras parece que ya se siente súperhéroe del balompié, listo para subir a la montaña mientras recuerda cada bendita palabra del todopoderoso Muñeco.